Ir al contenido principal

Entradas

él ha visto crecer rosas negras en sus pulmones, nunca verá automóviles eléctricos

Aquel viejo se sentó conmigo al verme fumar un cigarrillo en el banco de debajo de su casa. Mirábamos al escaparate de la tienda de motos y veíamos a la gente pasar. Me contaba que fumó mucho durante toda la vida, que ya no, que ahora tenía que dormir con oxígeno porque si no, se asfixiaba. Tenía ochenta y cinco años y estaba condenado a acudir al médico cada día. Yo me encendía un cigarrillo cada poco tiempo mientras le escuchaba relatar su vida. Había sido camionero hasta que se jubiló. Hablaba con pasión del Pegaso Comet, del Barreiros y hasta de un Leyland con el volante a la derecha. De los miles de cigarrillos que se fumó en la cabina de aquellos camiones con motores que hacían ruidos infernales por todas las carreteras del país. Incluso una vez había viajado a Francia.  Aquel día, el viejo disfrutó de lo lindo viéndome fumar...  cuando arranqué la moto le vi que me miraba como a un familiar que ya nunca volvería a ver. Antes de desaparecer, cuando me paré en el ceda el paso d

Lo difícil que es poner la funda de la almohada grande...

para de noche apoyar la cabeza y buscar el sueño contando Mamuts, cosas grandes. Elefantes que son tú y que tocas con la punta de la lengua mientras un muro no los deja pasar entre tus dientes. Estar en el sueño queriendo querer hacer algo para que te llene los huecos de años que se fueron en vivir...   Y a las siete de la mañana te pones el mismo café que nunca sabe igual porque te pasas con el azúcar o porque está más fuerte o más flojo, o porque nunca te importó la marca de la leche desnatada... y te enciendes el mismo cigarrillo para que te golpee en los pulmones y te baje un poco la tensión con las primeras caladas que te arrebatarán parte de la vida que te queda.  Y piensas que donde hoy hay sol, hubo quebraderos de cabeza y líneas que no te atreviste a cruzar. Siempre en la carretera del mundo, desorientado, aplazando los proyectos, la escritura... culpando a los elementos y las circunstancias adversas.  Poniendo excusas. Te detienes a pensar en la ducha en toda l

“Le vrai Dieu, le Dieu fort, est le Dieu des idées.” (Alfred de Vigny). "Yo sé bien que el Dios fuerte es el Dios de la idea"

Pour Dorothée et Pablo Nous sommes allés dans la Place du deux mai. Ils sont venus aujourd'hui. Ils disent qu'à Paris il pleut. Ils sont mes frères, mes amis, qui sont venus comme l'air frais. Madrid est un four où on cuit le pain dur, les idées rances, le plus grand découragement.   La trentaine commence à être un lieu confortable pour lui, mais elle ne veut pas s'arrêter. Elle pense que la vie peut être un lieu paisible où nous ne devons pas baisser la garde. Elle est le moteur qui le complète. Il l'observe avec dévotion, avec le vrai amour. Je n'oublierai jamais ce moment où ils m'ont permis de voir l'avenir et le présent ... en attendant je voyageais déjà en route, dans un vieil autobus des soixante-cinq, en regardant par la fenêtre du monde, la déception des hommes, l'échec dans les visages des hommes. Ils savent qu'il est pour moi très important de ne pas être invisible et savent, que nous nous retournerons à voir le dix

Wish you were here...

hacía muchos años que no lo ponía en el plato... y esta vez sabía que  David Gilmour le hablaría a él, le reprocharía por última vez su miedo.  No fue, en la última mano no quiso ir y lo perdió todo. Se acojonó con aquel Full y lo perdió todo. Tanto tiempo intentando cambiar...  el viento solo soplaba en la noche, al final solo respiraba en la noche. Pensaba y vomitaba. Los círculos de aquellas ideas parecían marearle... el resentimiento le iba excluyendo. Qué puta ruina y desesperación más absoluta. Escribiría su vida perra en una papelera de una calle cualquiera antes de matarse, al fin y al cabo, Madrid era la misma mierda que cualquier ciudad con la que hubiera soñado morir en el pasado. Ya estaba solo, sin nadie y sin nada. Fracasado, frustrado y arruinado... las decisiones le habían llevado a estar peor, la última había sido el miedo a ir en aquella mano... cogió un puñado de somníferos, pensó que nunca más volvería a estar solo, y se los metió en la boca, pegó un trago a la b