Para Javier De Las Heras La joyería tenía el luminoso de la calle roto. No nos costó mucho trabar conversación con aquel hombre sin expresión en la risa. Era Dennis Hopper en mil novecientos sesenta y nueve y estaba en San Sebastián de los Reyes en un caluroso mes de junio cinco décadas después hablando con nosotros. En este momento no tengo ningún recuerdo de las joyas, podría asegurar que nunca las vi, y podría jurar que aquel día estuve en el interior de una tienda de ultramarinos. Yo estaba empezando en esto, en una de las empresas de sistemas de seguridad más reputada del mercado, y habíamos acudido a visitar a Mister Hopper para una posible renovación de sus sistemas. J lo sabía absolutamente todo de este negocio, me lo había demostrado a lo largo de la mañana. Mr. Hopper nos contó que aquel atraco de hace cinco años le había dejado en la ruina. Entraron por algún rincón, hicieron un butrón y se llevaron ochenta mil €uros. El seguro solo hizo la devolución de
La realidad es lo que se puede describir con el lenguaje, es un lenguaje descriptivo, no la realidad en sí. Por eso “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Ludwig Wittgenstein