Para Jorge Pérez Pedroche Nos fuimos. Me fui pensando en la paz y el silencio que queda en una casa después de una fiesta. En las conversaciones con la gente, en que todo estaba ya en todas las palabras pronunciadas. En el tiempo que quedaba atrás cuando se cerraba la puerta de un escenario donde hubo alegría, ilusión y ruido. Allí quedaba él, poniendo orden a los objetos para devolverlos a lo cotidiano. Me fui pensando en la gratitud que les tienes a todos esos tipos que son importantes para ti. (Antes de irme de su casa, dejé en sus manos un libro de Cheever, (bien podría haber elegido a Tobías Wolff, a Richard Ford o a Carver... yo adoraba leer a estos tipos formidables y cada vez, descubrir en su mundo, un mundo más soportable)). Solía decirme -Siempre me recuerdas aquel día...- aquel día al que yo solía referirme era el de su despedida. Cuando muchos años atrás coincidimos por los espacios renovados y enmoquetados, bajo la luz de los fluorescentes nuevos de aquel
La realidad es lo que se puede describir con el lenguaje, es un lenguaje descriptivo, no la realidad en sí. Por eso “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Ludwig Wittgenstein