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Mostrando entradas de abril, 2011

libres e iguales

Aquel hombre pensaba en los años del advenimiento de la democracia, como si el mismísimo Jesucristo se las hubiera arreglado para poder estar entre nosotros, y hubiera participado en el preámbulo y en los primeros artículos de la constitución del setenta y ocho. Incluso entonces pensaba que Jesucristo fue el primer socialista de la historia. Ahora le parecía que era el diablo el que nos rondaba y que éste presidia los consejos de administración de todas empresas y hasta en sueños le oía decir: “los resultados son paupérrimos, hay que despedir a unos cientos de empleados más, que se encargue de ellos el estado mayor”. Se despertó sobresaltado en los soportales de las torres de Colón, alguien le había robado la manta que le abrigaba.    En sus sueños, el diablo iba vestido de rojo.   Aquel tipo dormía en la calle desde hacía unas semanas, desde el último crak de Nueva Rumasa. Unos meses sin cobrar la nómina y se tuvo que ir a pedir. Estaba convencido que toda una vida hacien

_Es irrelevante que te diga...

que el sol me ha dejado en la retina el dibujo de un corazón imperfecto. Que cuando sale el sol, la calle es como un anuncio de suavizante para la ropa. Que he visto tres Triumph Bonneville en la Calle Almagro. Que paré mi bicicleta y me fumé un cigarro... que sigue aumentando el paro y que los precios de todos los servicios básicos han vuelto a subir... que a pesar de todo miro con escepticismo este caos, esta ansia que tiene el poder por tomar el control de nuestras libertades, el relumbrón de los banqueros, y los guiones que Ángela Merkel le entrega cada semana a Zapatero, los nuevos intereses de los gobiernos, las revueltas del mundo árabe, la guerra de Libia, Fukushima... Que ya nada será como antes... y, así y todo, sigo creyendo firmemente que llegará un día en el cual desaparecerán las verdades evidentes. Madrid, 2 de abril de 2011 Antonio Misas