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¿es este el lugar que amamos?



El lavabo estaba lleno de espuma de afeitar y sangre y era solo como cuando se cortaba cortando jamón pero en su cara ¡mecagoensuputamadre! gritó, y el grito a las seis de la madrugada subió por el patio y se esfumó por las putas chimeneas, pensó. Estaba solo en casa, la huelga del metro en la calle y el coche olvidado en un garaje a cuarenta y cinco minutos en metro.

Un jodido taxi pasaba por la glorieta de bilbao a las siete menos cuarto, no había ninguno en la parada de Fuencarral y el taxista ni le vio, pasó agilipollado, ¡qué hijodeputa! gritó, y penso en aquella tía que decía que “Sed de Champán” no podría leerlo la reina de Inglaterra porque el libro empezaba diciendo: “El Charolito solo se fiaba de su polla. Era lo único en el mundo que jamás le daría por el culo”, será boba la tía, que le den por el culo a la reina de Inglaterra no te jode... y a todos los taxistas de Madrid y a los cabrones del metro.

Cogió el coche, se metió en la eme cuarenta, luego en la eme treinta y después de dos horas en el atasco, no aguantó más, se meo en la botella de fontvella y la tiró por la ventana, encendió un cigarrillo y empezó a sonar Somewhere Only We Know de Keany, dio una calada profunda al Pall Mall, lleno el coche de humo y sonrió a la chica del coche de al lado. 

Madrid, 1 de julio de 2010
Antonio Misas