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Anoche me comí una lata de anchoas que caducó en noviembre

“Hay que vigilar el tiempo de cerca. Casi nunca está en los relojes” El día de Hoy, Alejandro Gándara.

Esta mañana salí de casa con malas sensaciones, con esas que muchas veces dicen los deportistas antes de algo importante. Me fui andando por Fuencarral y entré en la casa del libro buscando "El silencio hecho palabra" de Jorge Brown. No lo tenían pero no quise encargarlo. Me fui hasta la plaza de Olavide y me senté junto a la fuente, al sol, y me puse a leer “El día de hoy” por las “doce y veinte pasadas”. Lo de las sensaciones seguía igual. Me entraron unas ganas tremendas de ver a Alejandro y recordé que Isabel me invitó a una de sus clases, a la cual, al final, no fui. Decidí ir hasta la Calle Eraso y mientras iba andando empecé a reconocer en gente que no conozco a gente que conozco. Esto me provoca buenas sensaciones. Cuando llegué a Eraso me encontré con unos obreros y el doble techo en el suelo, solo quedaba en pie una estantería de pladur. Entré en un sitio de estos de internet y busqué la dirección correcta. Cuando llegué a la Calle Oria trece, eran las doce y veinte pasadas, la verja principal estaba entreabierta. En la puerta, puse la mano en el timbre y no llamé.

En la entrada del supermercado, están los mendigos, entro y observo a la gente, a los clientes, a los empleados ... y cuando voy a pagar, agarro el monedero y tengo “veintinueve euros con veinte céntimos”. La cajera me “mira con esos ojos sin atención ni edad” y yo me fijo en su “pequeña papada indiferente.”

Madrid, 28 de abril de 2010
Antonio Misas