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habitación 303 (traumatología Hospital Ramón y Cajal)

A María del Carmen Sierra, la madre de mi hijo, que permanece postrada...

“La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera” Horacio

(Esta historía ocurrió el domingo 14 de marzo de 2010, a las 17:00h en la carretera que sube desde el pueblo de Navacerrada a Cotos.)


Ella sólo veía humo y pensó que el coche iba a explotar...y se apresuró a salir y entre el humo sintió el golpe y cayó al suelo, y de un tirón sacó la pierna... y se arrastró hasta la cuneta...y marcó el 112... y aquel tipo de unos cincuenta y cinco, calvo y con gafas de estatura medía y complexión medía, la gritaba, y ella no le oía, pedía auxilio al 112...y la mujer de pelo corto rubio cobrizo,también la gritaba... y vio el peugeot 306 blanco con matricula de Madrid, como se alejaba cuando la abandonaron en la cuneta.


Ella me lo cuenta y yo pienso en los heridos y en los muertos de los últimos terremotos... y pienso en los heridos y en los muertos de la guerras de Irak y Afganistán... y pienso en todos los muertos de ETA y en los heridos y en Irene Villa...


Y pienso en el 11M, y en Mari Luz, y en Sandra Palo... y en el cuerpo desaparecido de Marta del Castillo...

Y me hierve la sangre, toda la sangre, porque ella es, en la sangre de mi hijo,¡Mi sangre!

Y me pide que los busque...

Y yo recuerdo lo que me enseñaron en la escuela... que la compasión, es también una forma de amor.

En Madrid, 16 de marzo de 2010
Antonio Misas