Para Guadalupe Lancho La luz de las farolas entra por el cristal labrado de la ventana del baño y en los azulejos de la pared se forman ríos irregulares de luz. A los empleados del ayuntamiento les gusta venir por estas calles alrededor de las cuatro de la madrugada. Ayer, antes de ir al dentista, me puse con lo del discurso que me pidió Manel para la inauguración de la calle de César en Santander. Por la tarde fui a la inauguración de la exposición de José Luis Rayos a la galería Cruz Bajo. Al final fui solo, bajé en la moto hasta Don Ramón de la Cruz quince para agradecerle lo de la portada de « Ayer que amé tus rodillas…» . El camioncito mínimo tiene unos rodillos con los que va limpiando la calzada a la vez que tira agua. Los tipos están acostumbrados al ruido y a las cuatro de la madrugada hablan a voces. A esas horas me pongo a ver videos de Guadalupe Lancho, la descubrí viendo una serie en prime video, « Muñecas» . Su voz ya estaba impregnada en mi memoria desde hace lustro
La realidad es lo que se puede describir con el lenguaje, es un lenguaje descriptivo, no la realidad en sí. Por eso “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Ludwig Wittgenstein