Frank Moon
es ese tipo que al principio duda con lo que le está ocurriendo. Nos sugiere
tres posibilidades: las dulces caricias de la muerte, un mal viaje o que todo
es fruto de su imaginación.
Y este
guiño al lector al comienzo de la novela, unido a eso que dicen, que si asumes
tu deseo y vives como si todo fuera cierto, ningún poder en la tierra podrá
impedir que se convierta en un hecho.
Y la Novela de Iñigo Gibernau Murré, es un hecho.
Un gran trabajo, tan bueno y de
tanta calidad como su primera novela, “Les Bizarres”, mejor si cabe, por su elevado
discurso Narrativo, por su orden coherente aun cuando la imaginación del lector
puede volar por otros mundos debido a su magnífica carga de referencias culturales
que nos invitan a abrir la narración a un universo de leyendas, ya característico
en el imaginario del autor.
Frank Moon
es ese tipo que viaja en un asiento de primera clase, en el vuelo Houston – Nueva
Orleans al lado de la mujer más increíble que jamás haya visto. Y de las tres
posibilidades que nos sugiere, nunca sabremos la verdad, pero ¿Qué podemos
esperar de un tipo que cuando aterriza en el aeropuerto Louis Amstrong, se
encuentra ante un absoluto caos embriagado por el carnaval más salvaje y voraz,
en el lugar más bello y peligroso del mundo?
Dicen que
la verdad depende de la intensidad de la imaginación y la Novela de Iñigo
Gibernau Murré no carece ni de intensidad, ni de imaginación.
Quiero
recomendar aquí, al público en general, y en particular a todos sus amigos, que
lo lean. Iñigo Gibernau Murré es un buen narrador, es un tipo muy inteligente y un gran trabajador, con mucho oficio,
y en el momento de escribir esta novela nos ha dado lo mejor, todo lo mejor.
Es
imperdonable conocer a Iñigo y no hacer una lectura del universo maravilloso de
Frank Moon, todo está en su cabeza.
Madrid, 13
de julio de 2021
Antonio
Misas
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