Para Ana G.O. Ana me dice, tú no apareces en Amarillo, no hablas de tus sentimientos. Y yo siento que estoy curado del pasado. No entiendo muy bien lo que quiere decir, creo que no tengo ningún problema con mis sentimientos. En Amarillo he escrito lo que quería, como quería escribirlo. Cuando escribo quiero relatar la vida de otros a través de mí, no pretendo escribir sobre mis sentimientos o simplemente lo que yo siento. La intención de lo que escribo no está en mi yo interior, tuve que aprender a matarlo en la escuela de letras, escribir hacia afuera, desde una mirada y un punto de vista propio, pero no a través de mis sentimientos, sino a través de mis pensamientos. Aunque mis sentimientos no se libran de estar en la escritura, pues no consigo o no quiero ser indiferente. Aunque pretendo diferenciarme en la manera de mirar y obtener mí propio estilo. Quiero relatar, contar de forma breve un hecho, un instante de la vida, una escena, un trayecto, un momento en el que
La realidad es lo que se puede describir con el lenguaje, es un lenguaje descriptivo, no la realidad en sí. Por eso “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Ludwig Wittgenstein