A veces pienso en aquellos ríos de venas azules que recorrían su piel blanca. A veces me sigo viendo queriendo adivinar sus pechos diminutos cuando dejaba ver su tórax huesudo y azul. A veces, dentro de aquella carnosidad rosada de sus labios había una burla oculta en su sonrisa, solamente para ti. La recuerdo cuando llegaba a la playa con los boyfriend jeans, siempre muy grandes… se desvestía flaca, huesuda, cuidándose de la arena y ordenaba sus alpargatas. Después extendía la toalla y se tumbaba boca arriba al sol, flexionaba sus piernas largas y el bikini hacía un puente desde su vientre hasta sus caderas. Y entonces me parecía advertir la expresión más magnífica de la belleza al observar todo aquello, tan azul, y al mirarla podía masticar el color de su piel en su olor cálido. Entonces el mundo era bonito y libre para un adolescente que podía permitirse poder tener aquellas ideas disparatadas y con ellas, descubrir las cosas, soñar con la necesidad de apreciar lo nuevo d
La realidad es lo que se puede describir con el lenguaje, es un lenguaje descriptivo, no la realidad en sí. Por eso “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Ludwig Wittgenstein