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Mostrando entradas de julio, 2016

Esta es una buena empresa, si puedes quedarte, quédate.

Fotografía de A.Misas. Calle Fuencarral, 2009.                    Para todos los de GSS de aquí y para “Los otros”. Por encima de todos los murmullos se oye su voz ronca y enérgica. Me ve y me abraza con fuerza. Es el primero que vi la primera vez que vine aquí, me dijo eso que pongo arriba, lo de esta es una buena empresa, si puedes quedarte, quédate. Él es Pedro Cobo. A veces me pregunto cuándo empezó a disfrazarse de Pitingo, y por qué eligió a Pitingo y no a Bill Porter, el de “Door to door”. Ella nos o bserva desde su mesa como si se tratara de un grupo de seres libres y locos. Aquella chica insolente con la que hablé por teléfono la primera vez resultó ser tan respetuosa, tan educada… y tan de hacerle a uno preguntarse; ¿Cuáles son los últimos principios y causas del mundo? En ella hay una candidez a la que los demás ya nunca podremos regresar. Ella es Vanessa. Sai Monleón levanta la mirada, hay algo que está apuntando en la agenda y que no se le escapará nu

habilitar el infinito

Para Ángel Gamarra Le gustaba decir, de forma invariable, Dennis Hopper o Mr. Hopper. Y luego reía, benévolo, con tanta fuerza, que a mí me producía un instante de felicidad.  Le pareció gracioso aquello y yo le oía y pensaba que debería llevarle a conocer a aquel hombre. Entre las cosas pendientes quedó conocer a  Mr. Hopper. Después vino lo de ampliar nuestro pequeño mundo. Aquello le llevo hasta Badajoz, pero aquel negocio se quedó en ese huraño lugar donde a veces residen las cosas, y el olvido. Y digo esto, porque esa ilusión que él le ponía a todo, se había convertido en nuestra manera de vivir. No había fronteras en lo imposible... había que habilitar el infinito. Y aunque yo lo llevaba jodido con lo del karma y sabía que, irremediablemente, debía pagar por todas aquellas cosas que en otro tiempo debí de hacer mal, él no me abandonaba. - ¡Cada día empiezas de cero!- y yo le miraba y pensaba; Corazón tan blanco, como aquel libro de Javier Marías que nunca