Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2015

del acero de un puñal

En Madrid hace noche de pensar. Habrá gente destinada a pasar por las horcas caudinas que les quitará el sueño, o por cualquier otro tipo de preocupación, sabe dios lo que soportan hoy los hombres y las mujeres. Los insectos pululan en círculos. Se aferran a la luz de la farolas y al aire. Se posan en la piel, parecen sentir la sangre, escuchar como recorre las venas. Es imposible ignorar estos sucesos sin existir tan quieto. Es agradable agarrarse a las cosas mínimas cuando piensas que quizás nada tenga ya mucho sentido. Buscar en una reunión de pequeños sucesos algo de espiritualidad con lo que armonizar un poco el sabor amargo de la existencia. Observar que la calle está llena de papeles, que hoy debió de pasar mucha gente por aquí, y que la luna ya en lo alto hace sombra y dibuja una urna en la esquina perfilada de un edificio que se tuerce en tus zapatos. Lo infame es saber que te dedicas a pensar en estas cosas para evitar no pensar en tanto sometimiento o en otras de actu

La vida es un cortometraje de setenta años

Antes de abrir la puerta del portal se vio reflejado en el gran escaparate que formaba la cristalera. Bajó despacio los dos escalones y observó que se había hecho mayor. Pensaba que había madurado tarde, que nunca estuvo a la altura de las circunstancias y que para todo lo que vivió y le ocurrió viviendo, él siempre fue a la zaga, no por ser un inconsciente, sino un cobarde. Había vivido evadiéndose de responsabilidades y problemas. Y ahora, cerca de esa edad no quería ocultar que había coexistido con una especie de permanente evasión. Salió a la calle, cruzo el jardincito mirando a las plantas y sintió el sol  y el viento fresco  y suave sobre la piel. Esa sensación le recordó que en Santander ya era tiempo de playa. Giró por la esquina y entró en la taberna de los chinos. El camarero chino nada más verle agarró una jarra grande y se puso en el grifo a tirar cerveza, después de derramar un poco, dio otro golpe de espuma y la posó delante de aquel hombre que nunca decía nada.