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Mostrando entradas de marzo, 2014

con todas estas cosas en la cabeza...

De madrugada en la puerta de aquel garito siempre había dos porteros, algún borracho argumentando por qué debía entrar y gente fumando. Dentro, la música sonaba alta. La camarera cubana era de una belleza insuperable, como la bondad. Estábamos cuatro, sin una mujer que nos pudiera adoctrinar, solos, los cuatro, supongo que en eso de siempre, pegados a la barra, chocando el cristal de las copas, sintiendo eso de solo solos somos libres, observando todo, desde afuera, sin los comprometidos afectos de ellas, en el placer del momento, en las emociones primarias, en ese estado simple de los hombres, en eso de que el hombre sólo se quiere y se afirma a sí mismo ilimitadamente. Aunque estaba distraído con aquello en aquel momento, me hallaba prisionero en el dilema de siempre, en esa dependencia que invariablemente acababa en los otros, o en una mujer, y me producía una necesidad mucho más allá del alcance de los sentidos. Intentaba engañar esa forma gregaria de ser que tenemos casi to

Mujeres amontonadas

En enero la vida le dio una lección. Equivocación tras equivocación había ido sin pretenderlo a caer en un saco de despropósitos. Se había dejado llevar por la inercia y se había despreocupado tanto de todo que la vida le atizó con verdadero rigor. Lo peor de todo fueron los desengaños con los tíos. El trabajo, aunque lo negoció a la baja, lo siguió conservando. También resolvió lo de los kilos asumiendo los excesos con la comida y el alcohol, las fiestas... fueron tantas, que prefería olvidar. Casi en la primavera se encontraba a salvo y todo era ya pasado. Era ya pasado cuando conoció a aquel tipo que hasta entonces solo la había besado una vez, sin embargo, seguía con su empeño de que aquel hombre, era el hombre de su vida.  En la habitación, el tipo jadeaba agitado por el esfuerzo subido todavía encima de ella, y ella, desnuda, casi tapada por aquel cuerpo miraba al techo con el antebrazo sobre la frente y pensaba que durante aquel tiempo frenético no había parado de