Para AOZ
Cuando
llueve, el cielo parece un lugar horrible. Piensas en la gente que va en los
aviones leyendo el periódico esperando llegar a algún lugar. Y en que tú estás
ahí, detenido, medio jodido en la cocina, tomando café y fumando, con nadie con
quien hablar, mirando la lluvia y pensando en ella. En que la vida la
puso en tu camino y ella, te trajo un amor inevitable.
Hoy no hay memoria que
no te someta a ella. No hay idea que no te empuje hacía ella. Tu vida dejó de
ser un lugar apacible desde que te alejaste de su lado. Y vives como si alguien
te hubiera metido en un psiquiátrico californiano y te estuvieras comportando
como Randle McMurphy.
Hoy, la echas de menos hasta enfermar y sabes que casi no
te queda tiempo para intentar volver por la carretera de la frustración y
el olvido.
Cuando
su corazón te late, todo son recuerdos del fracaso y la desdicha.
Madrid, 29 de enero de 2013
Antonio Misas