Mi
madre dice que, si la fruta ya no es buena, que, si ya no es como la de antes,
pero, que las naranjas te limpian. ¿Entonces, es buena? Ya no somos los de
antes, la fruta es peor y nuestra vida es como fruta. A veces me parece que no
sabe de nada, después de todo, recoge su opinión y opina por el simple acto de
guardar la cola en la frutería o en la tienda de turno y luego viene y me lo
cuenta. Lo mismo que hacemos todos. ¿Te limpia qué? Es como si se hubiera
pasado todo el tiempo pensando en la fruta y repitiendo la misma canción. ¿Qué
nos importa la fruta? Te limpia el alma. ¿Qué nos importa la fruta prohibida?
Hablábamos de naranjas y eso era no comer una manzana. ¿Una manzana podrida?
No, no morder una manzana cargada de inmoralidad y de sidra o de vinagre.
Entonces todo lo que tiene que ver con dios tiene que ver con la fruta. No,
tiene que ver con no comer manzanas, pero no con las naranjas. Dicen que una
manzana al día nos evita acudir al médico…
No
puedo recordar cuando me separé por primera vez del amor de una mujer.
Gijón,
18 de agosto de 2013
Antonio
Misas