Ella le
busca sentido a todo mientras se abriga con su capa y dice que el otoño nos
encierra un poco en nosotros mismos. Me cuenta que en alguna parte leyó que los
que nacen en otoño son más longevos y yo pienso que no quiero vivir hasta ser
viejo, me parece tan triste como nacer en otoño. Ella tararea una canción
en Inglés y creo que a veces dice “deseo que puedas creerlo”. Ella
tiene mil proyectos en los que siempre aparecen playas, siempre tararea
canciones y sonríe a la gente que pasa bajo los paraguas. Los aleros no paran
de tirar agua y yo meto las manos en los bolsillos de la cazadora y me encojo.
Ella dice que no deberíamos de haber salido con este día de lluvia y yo
solo pienso en llegar a casa y comerme un buen plato de lentejas. Estoy
mojado hasta el tuétano pero a su lado podría recorrer la tierra bajo la lluvia
y nunca sentir desamparo. Ella suspira cuando ve que no nos dará tiempo a
cruzar por el semáforo de la Glorieta de Bilbao. La gente se amontona y los
paraguas nos incordian. Yo le digo que no me cabe más agua en los zapatos. Ella
me quita las gotas de la cara y me dice: la música tiene un excelente sabor
cada vez que te pienso.
Madrid, 29 de septiembre de 2012
Antonio Misas