Ella le busca sentido a todo mientras se abriga con su capa y dice que el otoño nos encierra un poco en nosotros mismos. Me cuenta que en alguna parte leyó que los que nacen en otoño son más longevos y yo pienso que no quiero vivir hasta ser viejo, me parece tan triste como nacer en otoño. Ella tararea una canción en Inglés y creo que a veces dice “deseo que puedas creerlo”. Ella tiene mil proyectos en los que siempre aparecen playas, siempre tararea canciones y sonríe a la gente que pasa bajo los paraguas. Los aleros no paran de tirar agua y yo meto las manos en los bolsillos de la cazadora y me encojo. Ella dice que no deberíamos de haber salido con este día de lluvia y yo solo pienso en llegar a casa y comerme un buen plato de lentejas. Estoy mojado hasta el tuétano pero a su lado podría recorrer la tierra bajo la lluvia y nunca sentir desamparo. Ella suspira cuando ve que no nos dará tiempo a cruzar por el semáforo de la Glorieta de Bilbao. La gente se amontona y los
La realidad es lo que se puede describir con el lenguaje, es un lenguaje descriptivo, no la realidad en sí. Por eso “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Ludwig Wittgenstein