Por el barrio Salamanca Madrid es una mujer bonita. Un poster siempre supera la realidad. Viajo por el sol de enero entre edificios de siempre y desde el idiez veo a Guelbenzu . Un impulso de alegría me pone frente a él y le hablo de cuando hace veinte años en la escuela..., de lo que le gustan a Sun sus últimas novelas, de la última vez que nos vimos en Parayas. El me cuenta su retiro, me dice que agradece que le diga que nos gustan las historias de la Jueza de Marco... porque uno nunca sabe lo que le gusta de verdad a la gente. Nos despedimos con un apretón de manos y me voy andando por la acera que da el sol. Giro en la sombra por la esquina de Claudio Coello con Ayala. Entro en la platería y me reúno con el tipo Argentino que me habla con exigencias de cliente, incluso me amenaza con irse a la competencia. Le digo eso de que al día siguiente de que se vaya para mí ya es un cliente potencial. El tipo me mira con curiosidad, buscando preocupación, temor, miedo. No sé lo que p
La realidad es lo que se puede describir con el lenguaje, es un lenguaje descriptivo, no la realidad en sí. Por eso “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Ludwig Wittgenstein