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Se ocupó la vida...

Para María Misas


 Se ocupó  la vida...  y después el desarraigo cuando me dijiste “los misas tenemos maldición, yo creo....”y entonces volví a ver posarse en todos nosotros el estigma de Caín.    

Hace años intenté apartarme de todo eso y de todos vosotros, y me dio por especular con que cada vez que podíamos volver a vernos y no lo hacíamos, tal vez aprendíamos a salvarnos, y a pensar que vernos era la piedra con sangre.  

En aquellos años para darme pena me tenía que emborrachar porque si no era incapaz. Nuestro corazón era también una garrafa de plástico llena de sangre maldita. Y había en nuestro apellido un veneno que respirábamos, que masticábamos... y hasta en nuestra voz había un poco de maldición ¡joder! A mí me confundían al hablar con tu padre y a los dos con nuestro padre, y los tres tenemos la misma estatura ¡Quién sabe cómo sería la voz y la estatura de su padre! aquel que nos trajo todo esto... y hasta lloraba desconsolado por el dolor que me producía esta maldita maldición.

Y hoy después de hablar contigo he querido volver a mirar en ese otoño negro las muchas veces que pensé que nunca debí de nacer, las veces que me emborraché y me sentí un mal nacido.  

No sé si alguien nos puede ayudar a dar algo de sentido a nuestras vidas, a excepción de nuestros hijos y nosotros mismos, pero esta mañana cuando la llevé a la estación me enredé en la belleza y en el brillo de su pelo... 

Y de eso María, también se ocupó la vida.   


 

Madrid, 19 de noviembre de 2011
Antonio Misas