Para AOZ
Te esperé
en la esquina del Molly Malone hasta que se hizo de noche. Del maravillas salía
la gente como siempre cuando salen del teatro, hablando de lo que ha sucedido
en la obra de su vida y haciendo planes inmediatos para adaptarse a la realidad
colindante. Poco a poco la calle se fue vaciando de gente, ya no es verano, y
la noche regresa pronto y fría. Yo me acomodé en el tiempo que le quedaba a un
jueves detenido, y me agarré al silencio del banco de la puerta. No te pude ver
porque nunca viniste, aunque te soñé mil veces viniendo y cuando me di la
vuelta, te abracé muy fuerte como si nunca me hubiera dormido.
Madrid, 7
de octubre de 2011
Antonio
Misas