Para CeCe
Solemos
ir al arco iris porque a todos nos gusta Keane y porque tiene una pequeña pista
donde las chicas se alegran. Además, el dueño, que es un tipo que está de
vuelta, nos deja fumar. Ella se ve bonita. Cuando baila, sus caderas agitan el
aire, el mismo aire que me está invadiendo y lentamente va condensando su
hermosura en mi costilla. Hermosura, que sin remedio, trepa a mi corazón para
quedarse. Su cintura va encendiendo la fundición del mundo mientras mi corazón
cruza ya lagos amargos. Las luces, la alumbran, acarician su melena negra. Ella
observa el espacio sin reparar en nadie, apartando así del paraíso a toda la
humanidad. Detiene el movimiento del cuerpo lentamente. Huele a sudor y a
perfume. Levita su belleza como una doctrina ineludible y ese olor a hembra
será ya el bálsamo del que se impregnará mi memoria y el tiempo...
_¿En
qué piensas?
_
En nada
_¿Has
visto a mi mujer?
_Si,
está ahí... bailando.
Madrid,
2 de julio de 2011
Antonio
Misas