Les venía mirando desde lejos, estaban en la
puerta del Workcenter que está en la esquina de General Moscardó. Cuando el bus
giró desde Raymundo Fernández Villaverde pude ver sus caras. Uno de ellos se
despedía y cruzaba el semáforo empujando un carro vacío de supermercado por el
paso de peatones en dirección a Alonso Cano. La señora estaba sentada en el
suelo, en unos cartones, forrada con ropa sucia y vieja y le sonreía al otro
chico que tenía esa cara que va dejando la heroína; el rostro delgado con la
piel acartonada, envejecida, oscura, y los dientes a punto de desprenderse… la
señora extendía la palma de la mano con unos guantes raídos y nadie les daba
nada. La gente pasaba a toda prisa. A las nueve y media de la mañana hay un
barullo considerable.
La radio dice que hoy el tiempo en Madrid es
de 9ºC, está nublado, hay viento del Este que sopla a 10km/h, y una humedad del
82%.
El tiempo nunca se detuvo en aquel giro y yo
me apeé en Capitán Haya, en nuestra parte del mundo.
Madrid, 24 de marzo de 2011
Antonio Misas