Fotografía A.Misas 2009 Madrid
Cuando giré por la calle Fuencarral a Divino Pastor, de pronto todo olió a comida. Por la puerta trasera de la Residencia de las Hermanas de María Inmaculada los Peruanos celebraban una fiesta, invadían la calzada adoquinada y las ruedas del coche retumbaban cada vez más despacio. La música y los cantos populares se mezclaban con el olor a comida la noche de todos los Santos. Malasaña era otro lugar, un lugar desconocido.
El cambio de la hora anticipaba el invierno,
la llegada repentina de la noche y aquel olor, aquella escena de gente tan
alejada de su país, de sus pueblos, de sus casas, me producía mucha tristeza...
regresaba del cumpleaños de mi hijo... y de pronto supe que había llegado el
momento de caer y levantarme, de cerrar los ojos y de seguir ya sin destino, de
vagar a ninguna parte y solo quise dormir.
Hace ya mucho tiempo que solo quiero dormir.
Madrid, 4 de noviembre de 2010
Antonio Misas