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Mostrando entradas de julio, 2010

nosotros y las hormigas

_salió con su cara de idiota en los telediarios confundiendo solo para lograr privatizar parte del sector aéreo y la opinión pública lo aupó en términos taurinos. Toda la vida será el idiota y el poder mediático, eso, no lo resolverá. ¿en este país somos estúpidos? _aprecie más las pequeñas cosas... y deje de fijarse en los ministros_ le dijo el peluquero. _ ¿y tú, de dónde eres? _ yo soy de Paraguay. _ ¿y si yo dijera lo contrario... qué me dirías? _ pues que aprecie más las pequeñas cosas... al salir de la peluquería entró en una taberna y en la televisión estaban hablando de un italiano que había perdido un ojo; “El impacto de una pelota de goma que los Mossos d'Esquadra lanzaron contra la multitud en las celebraciones del mundial, alcanzó a un joven italiano que estaba sentado en una terraza...”  mientras daban la noticia, observó que por la rendija del marco de la ventana entraban las hormigas... “Detenido el propietario de una discoteca de Barcelona por

“arrojarás nuestras almas al polvo, al polvo”

Para Javier Puente, in memoriam A la vuelta de la esquina ya no identificó a nadie. El mundo le había sido fantástico pero el amor, un fraude. Pensó que estaba en el salón de la fama cuando el Brown Sugar le golpeó con fuerza en el cerebro... aquello empezó a hacer realmente efecto. Who Are You? le retumbaba en los oídos sin parar y Roger Daltrey le llamaba para que subiera al escenario. Pasó por la calle de El Medio a la calle de La Arrabal y se entretuvo mirando el escaparate de viajes Iberia y vio las playas, y el mar cristalino, las palmeras y los cocos y las chicas en bikini por la arena blanca y aquello subió mucho más. Pegó la cara al escaparte y se impulsó hacía atrás para salir de aquella imagen que le tenía atrapado, anduvo hacía atrás, se tropezó con una señora y cayeron al suelo, el bolso se abrió y se agarró al pintalabios. Caminó tambaleándose hasta la valla de obra y allí se arrodilló y abrió los brazos en cruz. Balbuceó, balbuceó y quiso escribir, pero solo

“donde el corazón te lleve...”

No había consentido al miedo enseñarle el camino y todo retumbó cuando la ansiedad... sintió que la muerte golpeaba el corazón entre la sangre acelerada y cuando paró el coche en la cuneta supo que todo estaba ya roto. En el vestíbulo de urgencias del universitario de La Paz hay sombra, sensación de derrota y de férrea compasión. Le trataron como a uno más. Los hombres y las mujeres se mueren todos los días. Así se relacionan los médicos y las enfermeras, suelen tener conversaciones en el umbral. _apaga el teléfono, ponte esta pastilla debajo de la lengua. ¡No contestes! _ y entonces recordó lo de la novela de Susana Tamaro; " los cambios se acumulan imperceptiblemente, poco a poco y al llegar a cierto punto estallan." La luz brilla con intensidad en el aparcamiento. Hay una multitud de coches y el sol rebota en las lunas de los parabrisas hasta deslumbrar. La gente va y viene. En los terrenos de la ciudad deportiva están construyendo cuatro rascacielos

¿es este el lugar que amamos?

El lavabo estaba lleno de espuma de afeitar y sangre y era solo como cuando se cortaba cortando jamón pero en su cara ¡mecagoensuputamadre! gritó, y el grito a las seis de la madrugada subió por el patio y se esfumó por las putas chimeneas, pensó. Estaba solo en casa, la huelga del metro en la calle y el coche olvidado en un garaje a cuarenta y cinco minutos en metro. Un jodido taxi pasaba por la glorieta de bilbao a las siete menos cuarto, no había ninguno en la parada de Fuencarral y el taxista ni le vio, pasó agilipollado, ¡qué hijodeputa! gritó, y penso en aquella tía que decía que “Sed de Champán” no podría leerlo la reina de Inglaterra porque el libro empezaba diciendo: “El Charolito solo se fiaba de su polla. Era lo único en el mundo que jamás le daría por el culo”, será boba la tía, que le den por el culo a la reina de Inglaterra no te jode... y a todos los taxistas de Madrid y a los cabrones del metro. Cogió el coche, se metió en la eme cuarenta, luego en la e