Es lo que mi padre me solía decir
cuando algo de lo que hacía no le parecía bien... y ahora, abro la ventana y me
quedo pensando en los tiestos de mi madre, en la tierra de aquellos tiestos
siempre húmeda, donde enterraba la realidad de aquellas palabras, cubriéndolas
con la desgana del inmediato recuerdo de su voz.
Me he dado cuenta de que olvidé
sellar la cartilla del paro el veinte de abril... mientras, veo en la tele a
los de los sindicatos, liberados, aburguesados, sin nada mejor que
hacer, encabezando la manifestación del primero de mayo y recuerdo cuando
los de UGT me estafaron con aquello del plan social de la vivienda, PSV, y
que por eso, cuando se quedó desierto el comité en la empresa, me presenté
y me afilié a CCOO, y éstos me echaron de una convención de delegados
porque lo que decía era demasiado liberal y no me callaba...
Me gustaría poder hundirla con
los dedos junto a los geranios de los tiestos de mi madre y el olvido. La
memoria digo.
Madrid, 2 de mayo de 2010
Antonio Misas