A Carmen Hernández, in memoriam He aparcado el coche, fuera de la zona ser, a medía hora de casa para que hacienda no me siga embargando la cuenta, esta semana me han quitado seiscientos ochenta y dos euros con noventa y ocho céntimos, esa cifra es un mes de pensión alimentaría para mi hijo. Pero esto no es lo que me preocupaba hoy. Cuando regresaba he llamado a Ana C. para que me cuente como va mi proceso y me ha comentado que ya han elegido a dos candidatos... y yo me quedo fuera. Hoy, esto tampoco me preocupa. Mi madre me llamó anoche para darme una mala noticia; _Se ha muerto Carmen, me dijo atacada por la ansiedad y entre sollozos, la hija de tu primo Carlos, tenía treinta años... jugaba mucho de pequeña con tu hermana cuando eran niñas, eran de la misma edad..., y sin dejar de oír hablar a mi madre que se iba perdiendo en un mundo donde la luz del sol nunca llega... yo pensaba en ellos, en todos los que se encuentran ahora, en primera persona, sin remedio, sintiendo es
La realidad es lo que se puede describir con el lenguaje, es un lenguaje descriptivo, no la realidad en sí. Por eso “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” Ludwig Wittgenstein