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reyes

A la dependienta de la zapatería no le gustó que yo exclamara: ¡este zapato está jodido!
Puede que a mí tampoco y tuve que explicarla que solo era una forma de hablar.
Inmediatamente Imaginé a la dependienta en la comida familiar hablando de lo sucedido:
"Un individuo mal hablado me ha fastidiado una venta de ciento veinte euros..."


Le acompañaba a ella... que se enfadó y tuvo que irse sin los zapatos para el regalo.


A estas horas Madrid es un caos y yo cubro con papeles bonitos las ilusiones de mi hijo.

Madrid, 5 de enero de 2010
Antonio Misas