Ir al contenido principal

Al otro lado de las cosas

A Roberto Garofani



Donde nadie nos quiere entender que difícil es hacer lo fácil, fácil.
Que imposible interpretar en una sola jornada lo que ha de venir,
Allí, donde nos regocijamos y nos es grato adivinar lo estéril de cualquier asunto.

(Viene Roberto andando, moviéndose como Tony Manero pero más elegante y más lento
Y pensando en lo anterior.
Viene preocupado por algo; ¿otro fotograma? Tal vez haciéndose ya memoria de Madrid.)

(Tiene mi amigo un porte Romano, el cabello blanco y la mirada cálida y segura como Octavio Augusto, viene como conquistando Hispania, al tiempo que siempre viene educado y amable)

Estar al otro lado de las cosas, en un lugar sin contradicciones.
Estar buscando el Pacifico para regar la tierra mansa.
Y estar observando como se nos va la tarde comentando a medias.

Se pone el Sol y no hemos llegado a nada
Pero la hora de la paz ha reconfortado a los hombres en las guerras,
Al igual que la hora de la muerte.
Y nosotros hemos recogido a nuestros hijos y nos hemos retirado a nuestras casas.


Madrid, 23 de octubre de 2008
Antonio Misas