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De apariencia semejante

Para Vanesa Calderón

En mi camino angosto,
De fango fatigoso,
Hay raíces que se enredan en mis manos.

Que por el pensamiento… solo se me ocurre un ser,
Un reflejo huraño y fastidioso…,
Un desaliento…

¡Arrebatos!
¡Gritos de mil déspotas!
¡Puñaladas de cuchillos!

Incrustados en mi carne…

Para que sean tan impertinentes tus palabras…

De mis desilusiones estoy hecha,
Y de mis lágrimas…
¡Joder!
Que muchos de mis sueños son oscuros…

Dime tú…
¡Para ser invisible y no estar!

Nunca tuve una caricia,

Una sonrisa tampoco,

Un poco de Paz, bendita.

Madrid, 12 de julio de 2007
Antonio Misas Salas

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